miércoles, 27 de abril de 2011

TEMA 1 Trabajo en Grupo

El grupo como unidad funcional
Entre los seres humanos se da una asociación diferencial: Cada persona está asociada con un número limitado de otras, en diferentes grados de intimidad; cada uno pertenece, al mismo tiempo, a una variedad de grupos menores, tales como la familia, el club, la escuela y otros.
El nacimiento de un grupo
“Jamás existe una segunda oportunidad de producir una buena primera impresión”
Las nociones de “agrupamiento” y de “grupo” son fundamentalmente diferentes. Aún en el caso de que tengan necesidades o intereses comunes, las personas que componen un agrupamiento permanecen anónimas. Su objetivo común es exterior a ellas.
Cada grupo es heterogéneo se reúne por primera vez, la situación que se vive es la de un agrupamiento. El objetivo del encuentro preliminar es pasar del agrupamiento al nacimiento de un grupo.
Es evidente que no basta con reunir a determinado número de personas en una sala para constituir automáticamente un grupo, hace falta algo más.
La percepción correcta de esta diferencia entre agrupamiento y grupo es esencial para cualquiera que quiera trabajar eficazmente en un grupo. Hay que llenar ciertas condiciones para hacer posible el paso del agrupamiento al grupo.
En la concepción del grupo como un número de individuos que actúan juntos como unidad, el énfasis se da en la acción más que en la estructura. Esta unidad de seres humanos tiene una capacidad de esfuerzo común.
Desde este punto de vista, un grupo es un conjunto de personas capaces de acción coherente y coordinada; acción dirigida, consciente o inconscientemente, a objetivos comunes, cuyo logro proporcionará gratificaciones de algún género, a todos los miembros. El estudio de lo que es un grupo se aborda desde dos enfoques:
Una concepción estática cuando la atención se concentra sólo en las asociaciones estables y se pone el énfasis en sus miembros y actitudes características, que se van desarrollando en virtud de la pertenencia al grupo.
La concepción dinámica de grupo se centra en la participación como una actividad colectiva. Los miembros son participantes activos en la acción. La actividad grupal se construye con los diversos esfuerzos de hombres cuyas motivaciones son independientes pero se mueven en conjunto hacia objetivos compartidos. Esto conduce a analizar dos características esenciales: la división del trabajo y la coordinación flexible:
La división del trabajo: Es la distribución de las diversas tareas. En todo grupo humano los participantes realizan actividades distintas pero sus acciones se integran en un patrón colectivo.
La acción que se inicia con la conducta de una persona se completa con la de otra. Todas las actividades del grupo implican la conducta y las experiencias de las personas que lo integran, cada una de las cuales realiza algo distinto; esto significa que los participantes son interdependientes; es decir, cada uno hace su parte, pues de lo contrario la unidad del grupo se descompone.
Coordinación flexible: Es el alto grado de adaptabilidad que hace posible enfrentar las peculiaridades y los cambios que se producen en cada situación. La dirección de la acción coordinada se edifica con el sucesivo dar y recibir entre los participantes. Los participantes pueden ser relativamente homogéneos o heterogéneos. Al interior del grupo se efectúan diferentes transacciones y cada una de estas transacciones se caracteriza por una pauta de acción, que identifica al grupo como totalidad.
La configuración de la pauta general de acción surge de la variedad de aportes hechos por los miembros del conjunto. Las pautas de acción no causan la conducta del conjunto, y por el contrario, posibilitan las actividades coordinadas de sus miembros. En otras palabras, las pautas encauzan la acción y describen lo que ocurre.
Cada grupo tiene su propio grado de autoconciencia y esfuerzo deliberado, que caracteriza a sus participantes, y que lo hace diferente de otro grupo. Cuando se presentan situaciones donde hay intereses competitivos o conflictivos, cada uno trata de anticipar las reacciones de los demás; un alto grado de autoconciencia caracteriza a los participantes, pues todos examinan cuidadosa y críticamente cada uno de los movimientos que realiza su oponente, al mismo tiempo que con cuidado, planea su propia estrategia.
Cuando del esfuerzo deliberado que se presenta en los grupos surge la cooperación deliberada (donde el dar y el recibir recíproco es consciente), algunas veces se vislumbra como forma de manipulación. La cooperación se facilita cuando los miembros del grupo dan por sentadas las mismas cosas. Al reunirse las personas una y otra vez para realizar la misma actividad, se desarrolla la identificación mutua y al cabo de algún tiempo se sienten ligados por obligaciones especiales; así, los límites de la pertenencia al grupo se definen más claramente. Al ocurrir esta situación, los participantes entran en empresas comunes con expectativas establecidas y al correr de corto tiempo, se instituyen procedimientos orientados a poner en línea a quienes se desvían. Surge entonces, la organización.
El grupo organizado permite actuar en conjunto y coordinadamente, con mayor facilidad, cada uno de los miembros realizará. El grupo organizado cuenta entonces con personal bastante estable e identificable, dura lo suficiente para que sus participantes desarrollen noción de lo que hacen, pueden reconocerse mutuamente como colaboradores y tienen expectativas mutuas fijas. La pauta de acción se formaliza lo suficiente como para que pueda anticiparse fácilmente la dirección de la mayoría de los esfuerzos.
Todo grupo organizado actúa de acuerdo con normas establecidas. El concepto de normas abarca los sobreentendidos comunes al grupo. La aceptación de las normas conduce a un estado de ánimo dominante que rodea al conjunto, como una atmósfera y cada uno contribuye a crear esta atmósfera en el grado en que manifiesta las reacciones emocionales apropiadas y todos se ven afectados por tales estados de ánimo, en la medida en que inhiben la conducta.
Las normas del grupo no son sólo el modo de hacer las cosas; son las maneras correctas de hacerlas. En el contexto de grupo cada uno tiene un sentido intuitivo del procedimiento apropiado a seguir, y siempre que alguien deja de conformarse con lo esperado se produce la incómoda sensación de que hay algo fuera de lugar. A propósito de las normas surgen las sanciones sociales, que son las normas destinadas a asegurar la observancia de otras. Las sanciones pueden ser positivas o negativas. Se sabe que todas las normas convencionales están sujetas a violación, así es que todo grupo organizado prevé los procedimientos a seguir para su observancia.
Las acciones y contribuciones de cada uno dentro del grupo organizado, pueden definirse como roles. Los roles individuales, necesariamente están relacionados con otros roles; en este sentido, el rol es un patrón de pretensiones y obligaciones recíprocas. La obligación es lo que el individuo se siente forzado a hacer en virtud del papel que está desempeñando; así, mientras que cada participante viva de acuerdo con sus obligaciones, la coordinación no tendrá tropiezos.
Debido a que los roles están interrelacionados, las expectativas son necesariamente recíprocas: lo que constituye un derecho para uno de los miembros, es una obligación para el otro..
Los participantes no sólo deben desempeñar sus propios roles sino comprender también los que desempeñan los demás. Para un hombre, es más posible cooperar cuando tiene comprensión de los roles que desempeñan los demás y sólo cuando aprecia en cierto grado las intenciones de los otros, puede tener una imagen clara de cómo podrían reaccionar a lo que él está haciendo o por hacer.
Los roles convencionales se aprenden mediante la participación en los grupos organizados y la coordinación constante depende del grado en que los miembros del grupo compartan mutuamente las concepciones de sus roles; cuando esto no ocurre, necesariamente habrá malentendidos y tal vez, conflictos.
En los grupos organizados los roles están claramente definidos, hay poco margen para la improvisación, existe delegación y se sabe con exactitud los objetivos que se deben lograr. Además, la acción concertada se ve facilitada por el hecho de que los participantes desempeñan roles bien identificados donde las obligaciones y derechos constituyen los papeles recíprocos.
Estructura de los grupos organizados
La especie humana es versátil, el hombre puede sobrevivir gracias a cantidad de dietas; puede trasladarse y ello facilita que abandone los espacios desfavorables; puede alterar y en cierto grado, controlar su medio ambiente desarrollando un sistema de intercambio para sus bienes excedentes.
El dominio temporal del hombre sobre el planeta surge de una noble capacidad de cooperación. Gracias a sus capacidades (comunicación lingüística, pensamiento reflexivo, autodisciplina, entre otros), puede sobrevivir a otras especies en la lucha por la existencia: ha construido la vida de grupo. Lo anterior sugiere que los hombres dependen los unos de los otros en un grado mucho mayor que otras criaturas de la naturaleza.
Siendo la vida en común tan importante para la supervivencia, es necesario adentrarse en el estudio de los grupos humanos.
La integración en el grupo
Los primeros contactos
Las primeras actividades de un grupo en formación suelen tener la finalidad de familiarizar a los miembros del grupo con el proceso en cuestión. Desde el momento en que se constituye un grupo, empiezan a funcionar una serie de procesos interpersonales. Cada miembro se forma una primera idea o impresión de los demás. Esto conlleva necesariamente determinado impacto sobre la conducta de los individuos. Hay individuos que organizan, otros que hablan, otros que permanecen mudos, y algunos que parecen perder el tiempo.
Mientras no se produzca un mínimo de comunicaciones, no puede existir un grupo. Por otra parte, si no hay un intercambio de mensajes significativos, los miembros del grupo se sienten aislados psicológicamente unos de otros, y sólo ven máquinas a su alrededor. La comunicación es el instrumento que permite a los individuos interactuar socialmente.
Procesos grupales
Los distintos grupos existentes en una sociedad se diferencian por el grado de cohesión que presenta cada uno de ellos.
La cohesión es el grado de unión entre los miembros de un grupo como resultado de la presión ejercida sobre ellos para que permanezcan en él.
Las razones básicas que llevan a una persona a permanecer en un grupo son dos:
La atracción afectiva por el resto de miembros de un grupo y la realización de un objetivo a través de la propia adscripción a ese conjunto, la autonomía de cada miembro dentro del grupo se reduce a medida que la integridad de este crece.
Otro aspecto elemental de todo grupo es el de las normas sociales, puede definirse como los patrones de conducta compartidos por la totalidad de los miembros del grupo.
En todo grupo social, es posible distinguir la posición que ocupa cada miembro dentro del grupo, esta posición, definida con relación a la ejercida por los demás, recibe el nombre de status.
El concepto de status debe entenderse en sus dos sentidos. Primero como expresión de la posición que la persona cree ocupar en el entramado social (status subjetivo), y como resultado de la consideración positiva del resto de los miembros que tiene de ella (status social).
Comunicación grupal:
En la reunión de varias personas se deben acordar reglas para poder establecer la comunicación. Durante las reuniones de un grupo debe tenerse en cuenta de no salirse de un tema ya escogido y no secundar un error o chisme. También es importante comprobar la verdad, hacer preguntas directas, demostrar interés por las opiniones ajenas y cuando hay desacuerdo someter el punto a votación o buscar un consenso que se logra cuando los miembros del grupo se comprometen a apoyar la acción del mismo aún cuando alguno no esté de acuerdo.

Aspectos importantes para actuar en grupo
Nosotros hemos pasado la mayor parte de nuestra vida dentro de un grupo ya sea familiar, de trabajo, amigos, escuela, entre otros, pero raras veces hemos analizado lo que sucede en un grupo, si lo hacemos mejorará nuestra participación en él.
Para la conformación de un grupo existen dos componentes: El primero, que los miembros tienen algo en común y el segundo una tarea por realizar.
El grupo estará constituido por individuos que tienen necesidades personales que exigen ser satisfechas; como lo son la participación, toma de decisiones y compromiso con el grupo entre otros, y así el grupo debe integrarse y mantenerse para poder cumplir con esa tarea. Para efectuar una tarea se debe intercambiar información, discutirla, evaluarla y con base a ella, como grupo tomar las decisiones para la acción final.
La conducta a este respecto puede seguir los siguientes pasos:
Iniciar Actividad: Implica definir los objetivos concretos del grupo.
Dar Información: Significa ofrecer datos, expresar opiniones.
Clarificar y Elaborar: Quiere decir interpretar las ideas, aclarar la que esté confusa, sugerir alternativas y ayudar a que el grupo no se desvíe del objetivo central.
Evaluar: Es la acción de analizar, individual o grupalmente la efectividad y el éxito en el logro de la tarea y verificar como se buscó y obtuvo la información.
Los objetivos de un grupo
• Estar coordinados entre sí y ser compatibles unos con otros.
• Representar una solución óptima que, aun siendo difícil de alcanzar, es lo bastante accesible como para evitar el desaliento y el escepticismo.
• Ser específicos para cada caso o situación.
• Ser fijados en términos precisos y mensurables, en términos de resultados y no de instrumentos intermedios.
• Estar provistos de un dispositivo medidor de las realizaciones para poner en evidencia las desviaciones y para garantizar tanto el control de la ejecución como el rol de los resultados.
• Ser conocidos por todos los que están implicados en su realización.
• Ser compatibles con los objetivos individuales de los individuos implicados.
Un compromiso real en la búsqueda de objetivos claros y precisos suele llevar a que el individuo alcance dichos objetivos. Sin embargo, hay algunos factores que debilitan este compromiso:
• La indecisión y la resistencia a abandonar alternativas que no han sido consideradas esenciales.
• El miedo al fracaso. Si no ha sido fijado un objetivo que hay que alcanzar, no se puede fracasar. Comprometerse para el futuro implica para el amor propio un riesgo de fracaso. El temor a este fracaso hace difícil el compromiso total de individuo con las metas que se haya trazado.
• La falta de autoconocimiento. Es difícil elegir un objetivo y trazarse planes para alcanzarlo si uno no se conoce a sí mismo. La confusión en torno a lo que uno es y a las propias posibilidades lleva a una confusión sobre lo que se quiere hacer y lo que se quiere llegar a ser.
• El peligro de la polarización. Una vez determinados los objetivos relativos a los fines más importantes, no deja de ser cierto que hay otros trabajos secundarios que deben llevarse a cabo, y que representan un carácter mas administrativo y rutinario.
• La falta de conocimiento del medio ambiente. Una falta de conciencia y de “olfato” acerca de las disponibilidades del medio en que se opera, puede provocar una incapacidad para definir objetivos en los que uno se comprometa totalmente.
• La inseguridad y la falta de confianza en sí mismo pueden terminar toda acción de planificación.

Los conflictos entre grupos

Los fenómenos de competición entre grupos son muy numerosos en nuestra sociedad. Toda organización, a partir de determinadas dimensiones, está compuesta por diversidad de pequeños grupos. A causa de la complejidad y de la naturaleza de las organizaciones actuales, las comparaciones entre grupos son inevitables. Se comparan las diferencias con mucha más frecuencia que las semejanzas, lo cual provoca a menudo el surgimiento de conflictos.
Estas situaciones poseen características comunes:
• Implican grupos mutuamente independientes.
• Los grupos rara vez experimentan la necesidad de trabajar juntos y en colaboración para resolver un problema común. Si se ven obligados a reunirse, el compromiso se da muy pocas veces y las luchas son muy violentas.
El modo en que los grupos enfoquen la solución de los conflictos intergrupales está influido por dos elementos importantes:
• Las relaciones previas entre los miembros de los subgrupos.
• El “historial” y el sentido de responsabilidad de los individuos implicados.
En efecto, los miembros de un grupo asumirán conductas muy diferentes según el supuesto básico de su enfoque de la solución de conflictos. Se advierten, por lo general, tres actitudes características que dan lugar a conductas diferentes según el grado de actividad o pasividad de los grupos.

Las actitudes del grupo ante conflictos

Primera actitud: A partir del momento en que dos grupos entran en contacto, los conflictos son inevitables, y existirán mientras duren dichos contactos (los intereses son diferentes puesto que los individuos son diferentes), los respectivos puntos de vista son excluyentes, y en consecuencia, es imposible un acuerdo, ya que uno u otro (no ambos) tienen que ganar.
Los métodos de solución serán los siguientes:
• Método activo: la guerra, la lucha por el poder hasta la derrota de uno u otro...
• Método moderado: solución del conflicto a través de un tercero.
• Método pasivo: el arbitraje.
Segunda actitud: Consiste en pensar que, puesto que los problemas entre grupos que se relacionan no son inevitables, tampoco los acuerdos son siempre posibles. Si surgen conflictos, el comportamiento de los grupos consistirá en reducir la interdependencia de las dos partes.
Según el caso, pueden adoptarse tres métodos:
• Método activo: uno de los grupos se inhibe o es eliminado de la escena.
• Método moderado: los grupos fingen indiferencia e ignoran los conflictos de intereses.
• Método pasivo: los grupos se baten en retirada y se aíslan el uno del otro.
Tercera actitud: Los conflictos existen, pero a pesar de todo es posible un entendimiento, un acuerdo. En efecto, la interdependencia es necesaria y provechosa para todos. Esta actitud conduce a buscar métodos que permitan llegar a un acuerdo.
• Método activo: solución real de los problemas.
• Método moderado: reducir el problema, repartirse las consecuencias.
• Método pasivo: coexistencia pacífica (“olvidemos nuestras diferencias y vivamos felices juntos”).

La eficacia de los grupos

La práctica efectiva del funcionamiento de un grupo puede considerarse tanto a nivel de la eficacia como a nivel de la combinación de dos actitudes fundamentales, vividas de forma diversa por los diferentes grupos:
• El grado de compromiso de los participantes con respecto a los objetivos del grupo y a sus objetivos personales.
• El grado de cooperación que los miembros del grupo decidan implantar entre sí.
La distribución de la responsabilidad dentro del grupo puede ser un factor opuesto al de la eficacia. Una responsabilidad repartida entre todos los miembros del grupo tiende a crear cohesión grupal, y en consecuencia, una moral alta, pero puede provocar en cambio, ciertas contradicciones, malentendidos, duplicación de tareas, elementos que originan ineficacia.
El Compromiso: La noción de compromiso coincide con nociones que podrían expresarse de la forma siguiente: preocupación por la tarea, interés por el proceso, ambición de éxito, preocupación por la calidad, por el buen funcionamiento de las actividades, etc.
Hay diversos grados de compromiso. Cada grado de compromiso posee un aspecto positivo y otro negativo.
• El aspecto positivo del compromiso
• El individuo se identifica con su grupo.
• Las recompensas y castigos intrínsecamente vinculados con las actividades son considerados como factores esenciales para la vida del grupo.
• El autocontrol personal se vuelve muy importante, por comparación con los controles ejercidos desde el exterior.
• El aspecto negativo del compromiso
• El individuo se ve obligado por el grupo a identificarse con éste, porque manifiestamente no puede evitarlo.
• El individuo se dedica a la tarea por motivaciones esencialmente “higiénicas”:
• Los miembros del grupo se ven constreñidos al compromiso debido a un control exterior.
La Cooperación: La noción de cooperación están vinculada con otras nociones como las siguientes: humanidad, interés por las relaciones interpersonales, la preocupación por comprender al otro, el trabajo en grupo, la participación, etc.
• El aspecto positivo de la cooperación
• Las relaciones entre las personas se basan en la confianza que proviene de un adecuado conocimiento de las actitudes humanas, y que permite una más correcta previsión de las conductas.
• Las comunicaciones dentro del grupo son buenas, porque los miembros lo quieren, porque organizan estructuras eficaces de comunicación, y porque utilizan un proceso que la facilita.
• La participación y el trabajo en grupo son los centros operativos de la planificación, la coordinación y el control de las actividades del grupo.
• El aspecto negativo de la cooperación.
• Las relaciones interpersonales están basadas en una confianza a priori un tanto ingenua y utópica, carente de un conocimiento exacto de las conductas humanas. Hay otro tipo de confianza que procede de vínculos anteriores. Uno puede apelar a la confianza para manipular mejor a otro o para aprovecharse de la reciprocidad.
• Las comunicaciones se llevan a cabo sistemáticamente dentro del grupo, aunque no respondan a necesidades concretas. En el seno del grupo también es posible que se conceda un alto valor a las comunicaciones en tanto que modelo ideal, obligando a los miembros a adaptarse para “complacer” a los demás, pero sin ninguna utilidad aparente.
• El trabajo en grupo se lleva a cabo porque está de moda o porque ha sido “impuesto”, sin que -no obstante- hayan sido asimilados sus procesos.
Problemas de grupos mas comunes
Vacilantes
• Participantes despóticos
• Participantes dominantes
• Participantes reacios
• Aceptación sin análisis
• Decisiones apresuradas
• Prejuicios
• Menosprecios y sorderas
• Desviaciones
• Rivalidad entre miembros del equipo

Como reaccionar a los problemas de grupo

• Anticipar y prevenir los problemas de grupo
• Pensar cada problema como un problema de grupo
• No reaccionar exageradamente, ni dejar de actuar
OPCIONES
• No hacer algo
• Conversación fuera de grupo
• Confrontación impersonal
• Confrontación fuera del grupo
• Confrontación en el grupo
• Expulsión del grupo

Clases de grupos
En forma deliberada:
• De Trabajo: Se forman para realizar una tarea en formas eficientes para elegir y coordinar la conducta y recursos de los individuos.
• Para Resolver: Nace de las necesidades de las personas que requieren un apoyo para salir adelante, para resolver situaciones que se le salen de la manos y que tal vez otras personas les ayuden a solucionarlos. Ejemplo: alcohólicos anónimos.
• De Acción Social: Se crean por el deseo de influir en acontecimientos sociales, combinado con la comprensión del individuo para ejercer influencia.
• Grupos Mediadores: En la sociedad actual se crean grupos con el fin de coordinar actividades de distintos grupos, distribuir recursos ante ellos o reconciliar.
• Grupos Legislativos: Se establecen para crear leyes o normas.
• Grupos de Clientes: Estos grupos se reúnen con el fin de “mejorar” a los miembros de esos grupos. El que se creen dichos grupos se basa en la suposición de ejecutar tales servicios, es más efectivo y eficiente si se trata de los clientes como grupos y no como individuos.
En formación espontánea:
Muchos grupos se crean porque la gente espera obtener satisfacciones al asociarse con ellos. Su formación se basa en elecciones interpersonales voluntarias, procesos de consentimiento mutuo determinan la formación del grupo.
Tipos de participantes en discusiones de grupo
• El Belicoso o agresivo: Excita la discusión acalorada y la pelea. Tenga calma Impida que monopolice la discusión.
• El Receptivo y positivo: Da mayores auxilios a la discusión. Es un buen recurso de ayuda. Permítale hablar muchas veces. Haga uso de sus conocimientos y de sus experiencias para ayuda del grupo y del tema de discusión.
• El Sábelo-Todo: Déjelo por cuenta del grupo. Ellos lo controlarán.
• El Hablador: Interrúmpalo con tacto y limítele el tiempo de hablar. Trate de desviarle su conversación.
• El Tímido: Hágale preguntas de interés para él y fáciles de contestar. Trate de que aumente la confianza en sí mismo. Cuando le sea posible, elogie su contribución a la discusión.
• El Negativista: No coopera ni acepta lo que expresan los demás. Explore su ambición. Déle reconocimiento a ésta y use sus experiencias y sus conocimientos para que le estimule a cambiar su actitud.
• El Desinteresado: Diríjale preguntas sobre sus ideas y sobre sus actividades y opiniones sobre la discusión. Reconozca sus motivos y trate de desviarle de su actitud.
• El Apático (desdeñoso): No le da importancia a nada de lo que se discute. Todo lo ve con desprecio. No lo critique. Si no consigue su participación continúe con su técnica sin darle mayor importancia.
• El Preguntón persistente: Trata de desconcertar al líder y al grupo. Dirija sus preguntas al grupo para que ellos lo dominen. Si trata de desviarse del tema dele una sola oportunidad y con tacto hágalo comprender lo importante de economizar tiempo en la discusión.

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